Las adicciones en la adolescencia son un asunto de salud pública, un problema de carácter social que nos incumbe a todos. Por ello, si quieres saber qué puede desencadenarlas, cuáles son sus consecuencias y cómo podemos actuar para prevenirlas, tienes que leer este post.
Causas de las adicciones en adolescentes
Podemos englobar las causas de las adicciones en adolescentes en dos grandes grupos, causas personales y causas sociales. A continuación, te las detallamos:
Causas personales
La adolescencia es una etapa de transición y cambios entre nuestra infancia y nuestra vida adulta en la que afloran sentimientos como la frustración o la incomprensión. Es por este motivo, que muchos adolescentes encuentran en las sustancias o en determinados comportamientos las explicaciones que buscan y la forma de llenar los vacíos o inseguridades que sienten.
Si además existen antecedentes familiares, traumas, miedos o una personalidad caracterizada por una baja autoestima, las probabilidades de desarrollar una adicción aumentan.
Dentro de las causas personales, podemos hablar también de las que tienen un carácter biológico. Estamos hablando de adolescentes que tienen algún tipo de trastorno previo como el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) o el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) que afectan directamente sobre los neurotransmisores del cerebro y que facilitan, por tanto, el desarrollo de otros trastornos mentales entendiéndose la adicción como uno de ellos.
Causas sociales
La presión y la aceptación social son otras de las causas que se esconden detrás de la adicción en la adolescencia. El adolescente se encuentra en pleno desarrollo madurativo pero muy lejos de lograrlo aún. En ocasiones, actúa por imitación o por sentirse parte de su grupo de iguales. También va buscando experimentar nuevas sensaciones y vivir nuevas experiencias así como transgredir normas sociales, culturales y familiares con el fin de tratar de imponer su identidad. Todo ello puede terminar empujando al consumo de sustancias adictivas.
Además, se da el hecho de que las drogas se han vinculado en los últimos tiempos con la cultura del ocio en la que se consume, sobre todo, los fines de semana y en ambientes nocturnos. Ya no están relacionadas con sectores marginales o de alto poder adquisitivo. En este sentido, podemos decir que las drogas se han democratizado hasta tal punto que el acceso a drogas blandas o lícitas tales como el tabaco o el alcohol es muy sencillo.
Los fines recreativos, socializantes y festivos de los que hablamos han hecho que se minimicen los riesgos derivados del consumo y exista la convicción subjetiva de la capacidad de control personal. Es muy común que el adolescente se repita el famoso “yo controlo” pero lo cierto es que está más expuesto a sufrir una adicción que un adulto.
Por último, en las causas sociales presentes en las adicciones en la adolescencia nos encontramos que el abanico de drogas a disposición de los jóvenes es mucho más amplio tanto en extensión cuantitativa como cualitativa que la que nunca han conocido ninguna generación de adolescentes previa.
Consecuencias de las adicciones en la adolescencia
Las consecuencias de las adicciones en la adolescencia son las mismas que las consecuencias que tienen las adicciones en adultos aunque, es importante tener en cuenta, que el desarrollo madurativo de un adolescente para sopesarlas es mucho menor que el que puede tener un adulto en términos generales.
Dicho esto, las consecuencias del consumo de sustancias afectan en todos los planos de la vida de quien las consume. Afectan a la salud ya que están ligadas al desarrollo de la propia enfermedad de la adicción e, incluso, de otras enfermedades mentales; a las relaciones interpersonales ya que el adicto suele perder habilidades sociales y sufrir marginación social; y al ámbito académico en el que baja el rendimiento desencadenando en fracaso escolar.
Tipos de adicciones más comunes en la edad adolescente
Cuando hablamos de adicciones en adolescentes cabe destacar fundamentalmente dos tipologías:
Adicciones comportamentales
Cuando hablamos de adicciones comportamentales nos estamos refiriendo a todas aquellas adicciones en las que no entra en juego ninguna sustancia. Hablamos de adicciones tales como la adicción a las nuevas tecnologías (redes sociales, videojuegos, apuestas online…), adicción al juego (ludopatía) o la adicción al sexo, entre muchas otras.
Los adolescentes son más vulnerables a caer en las adicciones comportamentales por su inmadurez biológica. Las adicciones digitales provocan alteraciones similares a las que provocan las sustancias psicoactivas, ya que, de igual forma, se produce un aumento de neurotransmisores como la dopamina que está estrechamente relacionada con las sensaciones placenteras o los sistemas de recompensa.
Además, se da el hecho de que la personalidad del sujeto adolescente está estrechamente vinculada con las probabilidades de sufrir este tipo de adicciones. De esta manera, existe una relación directa entre jóvenes introvertidos que desarrollan adicción a las nuevas tecnologías mientras que jóvenes extrovertidos están más vinculados a la adicción a sustancias tóxicas.
Adicciones a sustancias
En el caso concreto de los adolescentes, predominan las adicciones a sustancias como el tabaco y la adicción al alcohol (drogas de inicio) y, en menor medida, al cannabis. Si bien es cierto que en la adolescencia el policonsumo de tabaco, alcohol y cannabis puede llegar a ser habitual, la percepción alta del riesgo en sustancias ilegales como el éxtasis, la cocaína y otras drogas de diseño hacen que queden menos expuestos a consumirlas.
Como comentábamos al inicio de este post, las adicciones en la adolescencia son un problema de salud pública. Tanto es así que cada vez consumen a edades más tempranas (13-14 años) lo que ha terminado derivando en un incremento en la tasa de adolescentes adictos en los últimos años. Pese a las prohibiciones legales, tienen acceso a estas sustancias y, dado que cualquier sustancia tóxica actúa sobre el sistema nervioso central, resulta más dañina en el cerebro del adolescente que todavía está en desarrollo.
¿Qué hacer para prevenirlas?
En este aspecto, es importante diferenciar los cuatro niveles de consumidores que existen: ocasionales, circunstanciales, habituales y adictivos, ya que es muy importante estar alerta cuando identificamos al primero de ellos para evitar que termine evolucionando al último.
Pero, ¿cómo detectar en un estadio temprano la adicción en un adolescente? La clave es la vigilancia. En este sentido, es muy importante el papel de la familia ya que debe estar atento a su círculo de amistades, controlar los productos culturales que consume, identificar cambios drásticos en el carácter (rebeldía, irascibilidad…) o en la rutina del adolescente (aislamiento, distanciamiento de familiares y amigos, fracaso escolar, etc.).
La educación es primordial en la prevención del desarrollo de adicciones en adolescentes. A este respecto, podemos confirmarlo, es mejor prevenir que curar. Y, ¿cómo hacerlo? Comunicación, comunicación y comunicación.
La comunicación entre el adolescente y sus progenitores o tutores ha de ser fluida, exponerle los riesgos, los efectos y la pérdida de libertad que se experimenta así como trabajar en la autoestima y en el desarrollo personal otorgándole herramientas útiles para saber afrontar los problemas. La adicción no debe ser nunca un tema tabú.
En la adolescencia, el pronóstico es más positivo pero el diagnóstico es más difícil. Por este motivo, acudir a un profesional o buscar asesoramiento en un centro de tratamiento de adicciones en cuanto que el problema torne a preocupante, es vital para garantizar el éxito en el tratamiento y para reducir tiempos en la recuperación.
En Instituto Noa somos especialistas en el tratamiento de adicciones en la adolescencia. Además, en nuestro complejo terapéutico, contamos con grupos de apoyo o terapias grupales y con talleres y actividades enfocadas a ellos para garantizar una próspera y rápida recuperación.
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