Instituto NOA > Blog > Aprender a convivir con un adicto
¿Pueden los familiares de una persona con adicción ayudarle a recuperar su vida? La respuesta es firme: sí. El entorno de las personas que sufren una adicción es fundamental en todo el proceso de recuperación e, incluso, para iniciar el tratamiento en un centro de desintoxicación. Sin embargo, convivir con un adicto no es fácil y superar la situación requiere de ayuda profesional.
Cuando alguien se engancha a una sustancia, poco a poco va perdiendo el control de su vida. Su objetivo se centra cada vez más en consumir dicha sustancia, alejándose de otras prioridades como el cuidado y la atención a su familia y amigos. Su adicción les aleja y llegan a priorizar su consumo hasta tal extremo que la tensión llega a ser habitual. Aparecen también de manera recurrente las mentiras, discusiones, robos o, incluso, agresiones. Muchas familiares llegan a silenciar el problema e, incluso, a hacerse cómplices intentando normalizar la situación, por vergüenza o con la esperanza de que sean episodios pasajeros o, simplemente, porque no son capaces de asumir que existe un problema.
En el caso del alcoholismo, por ejemplo, hay personas que incluso acceden a la petición del adicto para adquirir alcohol, si de este modo evitan que el ser querido adquiera una actitud agresiva al verse amenazado o cuestionado. Sin embargo, lejos de ayudar, acta actitud permite que la adicción sea cada vez mayor.
Como ya hemos dicho, convivir con un adicto es muy difícil y su adicción puede llegar a desestructurar una familia. A sus cuadros de ansiedad, descontrol y estrés, se suma el periodo de bajón o depresivo, incluso de culpabilidad, tanto por el consumo de la sustancia como por lo que ésta provoca en su entorno.
Para evitarlo, los tratamientos en los centros de desintoxicación incluyen sesiones para la persona presa de la adicción y también apoyo y aprendizaje para sus familiares. ¿Por qué?
Muchas personas creen que cuando alguien con una adicción inicia el tratamiento, los problemas comenzarán a disiparse. Sin embargo, el proceso de recuperación es mucho más amplio. Una de los principales efectos que surgen en los familiares que conviven con una persona que padece adicción, es la focalización en el adicto. Sus familiares tienden a priorizar su cuidado y atención olvidándose, muchas veces, de sí mismos, lo que es un error.
Para mejorar la conveniencia y colaborar en el proceso de recuperación, es esencial la ayuda a los familiares. Por eso las terapias de apoyo a familiares les aportan los conocimientos, fortaleza y herramientas necesarias para poder afrontar el problema despojándose esa culpabilidad, vergüenza o soledad que les invade.
Cuando se convive con una persona con adicción a alguna sustancia, el sufrimiento afecta a toda la familia, por ello hay terapias especializadas para personas más cercanas al adicto. El apoyo familiar es esencial durante todo el tratamiento, por eso los miembros de la familia necesitan sentirse fuertes y seguros de sí mismos, ya que, si el adicto decide iniciar al tratamiento para abandonar su adicción, el camino será largo y duro.