Instituto NOA > Blog > ¿Cómo detectar a una persona alcohólica?
Estos datos resultan muy reveladores a la hora de valorar la incidencia de alcohólicos en nuestro país. El alcohol es la droga que más mata en un contexto social de normalización y banalización de su consumo. Esto lo convierte en un problema de salud pública significativo, sobre todo, si tenemos en cuenta el amplio listado de enfermedades asociadas a su consumo frecuente.
Pero, ¿cómo podemos detectar si una persona es alcohólica? ¿Crees que podrías tener algún amigo o familiar alcohólico? Sigue leyendo, te lo contamos todo en este post.
Antes de analizar detalladamente los diferentes síntomas que puede presentar un alcohólico, vamos a tratar de responder una pregunta: ¿qué cantidad de alcohol ingerida se considera excesiva? Existen muchos condicionantes como la edad o el sexo para valorar qué cantidad de alcohol se considera perjudicial. Así, la OMS diferencia entre hombres y mujeres considerando que la ingesta de 6 Unidades de Bebida Estándar (UBE) diarias o más en el caso de los hombres y 4 UBE en el caso de las mujeres, suponen un riesgo alto en el desarrollo de un trastorno alcohólico. Es importante tener en cuenta que UBE se refiere principalmente al vino y la cerveza.
Pero además de la contabilización de la cantidad de alcohol ingerida, son muchos otros los síntomas que nos pueden poner en alerta a la hora de diagnosticar o reconocer a un alcohólico.
Como en todas las adicciones, el alcohólico siente una fuerte dependencia hacia el consumo. Tal es la pérdida de control que experimenta la persona alcohólica que prioriza esta sustancia sobre todos los ámbitos de su vida. Es muy común que el drogodependiente se retire de su círculo más cercano y se relacione con amistades nuevas vinculadas al consumo. También abandonan hábitos saludables, estudios, el trabajo…y otros aspectos de su vida rutinaria.
La fuerte dependencia es lo que da paso al síndrome de abstinencia que es el conjunto de reacciones tanto físicas como psíquicas que surgen cuando un drogodependiente deja de consumir una sustancia de forma brusca. En el caso del alcohólico, el síndrome de abstinencia aparece cuando deja de tomar alcohol durante 8 horas en los casos más graves o durante 48-72 horas en los más leves.
Este síndrome de abstinencia desarrolla un estado de ansiedad, nervios e irritabilidad que, en muchas ocasiones, viene acompañado de síntomas físicos como temblores, sudoración, náuseas, taquicardia, palidez e, incluso, convulsiones.
Tal y como sucede con el síndrome de abstinencia, la tolerancia también es un síntoma común al resto de adicciones. El alcohólico necesita ingerir cada vez más cantidad de alcohol o de forma más frecuente para conseguir los mismos efectos que conseguía al inicio de la adicción.
El consumo frecuente de una sustancia provoca que ésta se metabolice más rápido y su duración e intensidad sean menores.
La adicción es la enfermedad del autoengaño. Resulta muy complejo que un alcohólico o cualquier otro drogodependiente reconozca que tiene un problema. Tanto es así, que se valen de la mentira para engañar a su entorno y, terminan, creyéndose esa mentira o autoengañándose.
El hecho de esconder la verdad, arrastra a muchos alcohólicos a beber en soledad. Aunque comienzan haciéndolo en un contexto social, en discotecas, fiestas, etc. el adicto al alcohol busca momentos en los que se encuentra solo para consumir.
El consumo abusivo de alcohol desencadena grandes problemas de salud como daño hepático, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, enfermedades digestivas y desnutrición, entre otros. También está asociado a la aparición de algunos tipos de cáncer como el cáncer de mama, de hígado, de recto, de boca, de estómago, de colon, de laringe y de esófago.
La adicción al alcohol también ataca directamente a la salud mental produciendo enfermedades de carácter mental como ansiedad, depresión, insomnio, trastorno de la personalidad, etc.
Es importante tener en cuenta que el alcoholismo tiene tratamiento. La complejidad de esta adicción reside en la dificultad de que el alcohólico reconozca su problema y quiera ponerse en manos de profesionales.
También debemos saber que de la única manera que podemos ayudar a un drogodependiente desde su entorno más cercano es mostrándole apoyo y comprensión y nunca juzgando su conducta. El resto, debe hacerlo un equipo profesional de médicos, psiquiatras, psicólogos o terapeutas que diagnosticarán el grado de adicción que sufre y le pondrán el tratamiento adecuado.
Dependiendo del grado de adicción, existen diferentes soluciones para la recuperación total del alcohólico:
Cabe destacar la importancia que tiene la familia en el tratamiento para un alcohólico. Ya sea en un centro de reinserción, en un centro de día o en consultas ambulatorias, la familia debe estar informada en todo momento de los pasos a seguir y de las pautas que han de realizar día a día para trabajar en sintonía y conseguir el éxito en el tratamiento y recuperación de su ser querido.
Si tienes dudas de padecer adicción al alcohol o crees reconocer algunos síntomas en un familiar, amigo y conocido, ponte en contacto con Instituto NOA. Te asesorarán de forma personal y sin compromiso y buscarán la mejor solución para su tratamiento.
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