Encuestas realizadas recientemente sitúan a España como el segundo país de la Unión Europea en el consumo frecuente de alcohol. La European Health Interview Survey (EHIS) confirma que el 13% de los españoles mayores de 15 años consumen alcohol a diario, solo Portugal se sitúa por encima con un 20% de la población que reconoce consumir alcohol todos los días.
Estos datos resultan muy reveladores a la hora de valorar la incidencia de alcohólicos en nuestro país. El alcohol es la droga que más mata en un contexto social de normalización y banalización de su consumo. Esto lo convierte en un problema de salud pública significativo, sobre todo, si tenemos en cuenta el amplio listado de enfermedades asociadas a su consumo frecuente.
Pero, ¿cómo podemos detectar si una persona es alcohólica? ¿Crees que podrías tener algún amigo o familiar alcohólico? Sigue leyendo, te lo contamos todo en este post.
Síntomas más visibles en el alcohólico
Antes de analizar detalladamente los diferentes síntomas que puede presentar un alcohólico, vamos a tratar de responder una pregunta: ¿qué cantidad de alcohol ingerida se considera excesiva? Existen muchos condicionantes como la edad o el sexo para valorar qué cantidad de alcohol se considera perjudicial. Así, la OMS diferencia entre hombres y mujeres considerando que la ingesta de 6 Unidades de Bebida Estándar (UBE) diarias o más en el caso de los hombres y 4 UBE en el caso de las mujeres, suponen un riesgo alto en el desarrollo de un trastorno alcohólico. Es importante tener en cuenta que UBE se refiere principalmente al vino y la cerveza.
Pero además de la contabilización de la cantidad de alcohol ingerida, son muchos otros los síntomas que nos pueden poner en alerta a la hora de diagnosticar o reconocer a un alcohólico.
Fuerte dependencia y pérdida del control sobre el alcohol
Como en todas las adicciones, el alcohólico siente una fuerte dependencia hacia el consumo. Tal es la pérdida de control que experimenta la persona alcohólica que prioriza esta sustancia sobre todos los ámbitos de su vida. Es muy común que el drogodependiente se retire de su círculo más cercano y se relacione con amistades nuevas vinculadas al consumo. También abandonan hábitos saludables, estudios, el trabajo…y otros aspectos de su vida rutinaria.
Síndrome de abstinencia
La fuerte dependencia es lo que da paso al síndrome de abstinencia que es el conjunto de reacciones tanto físicas como psíquicas que surgen cuando un drogodependiente deja de consumir una sustancia de forma brusca. En el caso del alcohólico, el síndrome de abstinencia aparece cuando deja de tomar alcohol durante 8 horas en los casos más graves o durante 48-72 horas en los más leves.
Este síndrome de abstinencia desarrolla un estado de ansiedad, nervios e irritabilidad que, en muchas ocasiones, viene acompañado de síntomas físicos como temblores, sudoración, náuseas, taquicardia, palidez e, incluso, convulsiones.
Tolerancia
Tal y como sucede con el síndrome de abstinencia, la tolerancia también es un síntoma común al resto de adicciones. El alcohólico necesita ingerir cada vez más cantidad de alcohol o de forma más frecuente para conseguir los mismos efectos que conseguía al inicio de la adicción.
El consumo frecuente de una sustancia provoca que ésta se metabolice más rápido y su duración e intensidad sean menores.
Engaño y descontextualización del consumo de alcohol
La adicción es la enfermedad del autoengaño. Resulta muy complejo que un alcohólico o cualquier otro drogodependiente reconozca que tiene un problema. Tanto es así, que se valen de la mentira para engañar a su entorno y, terminan, creyéndose esa mentira o autoengañándose.
El hecho de esconder la verdad, arrastra a muchos alcohólicos a beber en soledad. Aunque comienzan haciéndolo en un contexto social, en discotecas, fiestas, etc. el adicto al alcohol busca momentos en los que se encuentra solo para consumir.
Problemas de salud
El consumo abusivo de alcohol desencadena grandes problemas de salud como daño hepático, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, enfermedades digestivas y desnutrición, entre otros. También está asociado a la aparición de algunos tipos de cáncer como el cáncer de mama, de hígado, de recto, de boca, de estómago, de colon, de laringe y de esófago.
La adicción al alcohol también ataca directamente a la salud mental produciendo enfermedades de carácter mental como ansiedad, depresión, insomnio, trastorno de la personalidad, etc.
¿Cuál es el mejor tratamiento para un alcohólico?
Es importante tener en cuenta que el alcoholismo tiene tratamiento. La complejidad de esta adicción reside en la dificultad de que el alcohólico reconozca su problema y quiera ponerse en manos de profesionales.
También debemos saber que de la única manera que podemos ayudar a un drogodependiente desde su entorno más cercano es mostrándole apoyo y comprensión y nunca juzgando su conducta. El resto, debe hacerlo un equipo profesional de médicos, psiquiatras, psicólogos o terapeutas que diagnosticarán el grado de adicción que sufre y le pondrán el tratamiento adecuado.
Dependiendo del grado de adicción, existen diferentes soluciones para la recuperación total del alcohólico:
- Centros de reinserción en los que los drogodependientes ingresan para aislarse del entorno que pueda ser causante de la adicción. En estos centros reciben toda la ayuda médica, psiquiátrica y psicológica que necesitan. Mantienen terapias grupales, individuales con terapeutas especializados en el tratamiento de las adicciones, realizan talleres de diferentes temáticas, practican deporte…Todo ello en una rutina muy estricta que poco a poco les va permitiendo deshabituarse del consumo y reinsertarse.
- Centros de día: programas diseñados para el tratamiento de adicciones en centros en los que el alcohólico solo tendrá que permanecer en horario de mañana. Al igual que sucede en los centros de reinserción, el alcohólico realizará terapias y talleres que le ayuden a superar su adicción. Este tratamiento es adecuado cuando no existe un alto nivel de dependencia y es el más recomendado para conciliar con la vida familiar ya que por las tardes, el paciente puede estar en su casa o realizando otro tipo de actividades cotidianas.
- Centros ambulatorios: el drogodependiente acude a consultas de terapeutas, psicólogos, psiquiatras… que sirven de apoyo, refuerzo o seguimiento del tratamiento. Estos centros son adecuados en un estado más avanzado de la recuperación o cuando la adicción es muy incipiente. Cuando existe un alto riesgo de recaída o cuando el enganche a la sustancia es muy fuerte, acudir a consultas de forma ambulatoria no es lo más adecuado o recomendable para la reinserción.
Cabe destacar la importancia que tiene la familia en el tratamiento para un alcohólico. Ya sea en un centro de reinserción, en un centro de día o en consultas ambulatorias, la familia debe estar informada en todo momento de los pasos a seguir y de las pautas que han de realizar día a día para trabajar en sintonía y conseguir el éxito en el tratamiento y recuperación de su ser querido.
Si tienes dudas de padecer adicción al alcohol o crees reconocer algunos síntomas en un familiar, amigo y conocido, ponte en contacto con Instituto NOA. Te asesorarán de forma gratuita y sin compromiso y buscarán la mejor solución para su tratamiento.