Instituto NOA > Blog > Comportamiento de un cocainómano, ¿cómo reconocerlo?
La cocaína es una de las drogas más peligrosas cuando comienza a gobernar la vida de quien la consume. El comportamiento de un cocainómano, aunque se caracteriza por unas señales que veremos a continuación, no es fácil de identificar en muchas ocasiones. El adicto a la cocaína, como cualquier otro drogodependiente, pierde el control sobre la sustancia y esto le acarrea graves consecuencias en su vida cotidiana.
El consumo frecuente de esta sustancia deriva en enfermedades físicas y psíquicas graves, pero antes de que los efectos de esta droga sean irreversibles, es muy importante diagnosticar y ayudar a quien comienza a desarrollar adicción por ella.
En este post te contamos cuál es el comportamiento de un cocainómano y los signos de alerta más comunes para reconocer la drogadicción.
La cocaína es una droga procedente de la planta de la Coca que se ofrece y consume normalmente en forma de polvo blanco fino y cristalino que recibe diversos nombres metafóricos como “nieve”, “dama blanca” o “talco”. Las formas de consumo más comunes son esnifadas o fumadas ya sea solo cocaína o mezclada con heroína. Es un estimulante extremadamente adictivo que afecta directamente a los neurotransmisores y otras partes del cerebro.
Cuando tratamos a un cocainómano percibimos dos dificultades claras. Una de ellas es que la adicción a la cocaína viene asociada a otras adicciones como el cannabis, el alcohol o los fármacos. La otra es que, el adicto a la cocaína no suele ser consciente de que lo es y, por tanto, no suele pedir ayuda. Cuando lo hace, es porque ya ha tocado fondo.
Por este tipo de motivos y ante cualquier sospecha de consumo, es muy importante estar alerta para tratar la adicción en sus primeros estadios. Los signos de alerta en el comportamiento de un cocainómano son:
Los adictos suelen distanciarse de sus círculos más íntimos. Lo hacen por varios motivos: porque suelen consumir a escondidas, porque no quieren que nadie de su círculo se dé cuenta de la adicción, porque el síndrome de abstinencia les produce un carácter agresivo que quieren evitar descargar contra familiares y amigos y porque terminan relacionándose con personas que comparten sus hábitos de consumo.
Si percibes que evita estar presente en celebraciones, si se ausenta durante varias horas en las reuniones familiares o en las quedadas de amigos o muestra un estado de excitación o nerviosismo anormal, sería conveniente vigilar los motivos que se esconden detrás de cada uno de estos comportamientos.
El cocainómano sufre alteraciones del comportamiento progresivas lo que le hace ir perdiendo habilidades para relacionarse con los demás. La adicción a la cocaína suele derivar en cuadros ansioso-depresivos e insomnio que incapacitan al drogodependiente a llevar una vida social normal. En los casos más extremos, cuando la adicción ya está muy arraigada, aparecen crisis de pánico, paranoias y trastorno de la personalidad que hacen realmente difícil el mantenimiento de las relaciones sociales.
Algunos signos del comportamiento de un cocainómano en este aspecto son muy fáciles de identificar, sobre todo aquellos que tienen que ver con las paranoias o trastornos mentales. Si identificamos alguno de estos síntomas es muy importante que, independientemente de la causa que se esconda detrás, acudamos a buscar ayuda a un médico especialista en salud mental.
El consumo de cocaína conlleva una disminución importante en los niveles de concentración. Por este motivo, el cocainómano suele encontrar una gran dificultad para rendir en el trabajo o en los estudios, hasta terminan abandonando su puesto de trabajo (absentismo laboral) o los estudios que están cursando.
Por este motivo, es muy importante indagar en qué motivo se esconde detrás de un abandono laboral o académico.
Como hemos mencionado anteriormente, uno de los motivos por los que el cocainómano suele distanciarse de su círculo más cercano es por no descargar contra él la agresividad y la irritabilidad propias del síndrome de abstinencia. El adicto a la cocaína siente impulso o necesidad por consumir la sustancia y cuando no tiene acceso a ella o lleva un tiempo sin consumirla, aparece el síndrome mencionado. Este se caracteriza por la experimentación de brotes de ansiedad, agresividad e irritabilidad e, incluso, en ocasiones, pueden derivar en un brote psicótico.
Es uno de los signos en el comportamiento de un cocainómano más fáciles de identificar ya que el carácter se endurece mucho y se desarrolla una hiperexcitación tras el consumo que resulta imposible de controlar. Ante cualquier comportamiento agresivo o de excitación desmedida, es muy importante que acudamos a buscar ayuda profesional.
La compra de drogas siempre supone un gran desembolso económico. Además, como el drogodependiente desarrolla tolerancia por la sustancia, es normal que cada vez necesite comprar más cantidad para conseguir el mismo efecto que obtenía al principio de la adicción. Un signo de alarma que nos puede poner en alerta son las cuentas bancarias. Si vemos que se ha sacado grandes cantidades de dinero y de forma frecuente sin justificación alguna, es importante que rastreemos dichos movimientos. Muchos drogodependientes terminan arruinados y necesitan delinquir para continuar consumiendo.
En este caso es más difícil identificar a un cocainómano ya que los síntomas físicos y enfermedades suelen aparecer en un estadio muy avanzado de la adicción. No obstante, también es muy importante estar alerta a ellos ya que son muy nocivos para la salud. Entre las enfermedades asociadas al consumo frecuente de cocaína están: daño neurológico (infarto cerebral) , daño cardiovascular (infarto de miocardio o parada cardio-respiratoria); problemas respiratorios como bronquitis o neumonía; alteración de las fosas nasales, úlceras, perforación del tabique, sinusitis crónica y necrosamiento de la mucosa nasal; deterioro dental; pérdida de peso; y problemas de índole sexual como la impotencia o la infertilidad, entre otras muchas.
Es importante tener en cuenta que para el tratamiento de cualquier adicción se necesita ayuda profesional. No es posible superar una adicción sin la ayuda de un equipo especializado en este tipo de enfermedades. Además, para garantizar el éxito en el tratamiento es de vital importancia que el adicto sea quien sea consciente de su adicción y quien desee ponerse en manos médicas para recuperarse.
Para el tratamiento de la adicción a la cocaína es muy efectivo el método Minnesota que se lleva a cabo en 4 fases muy diferenciadas: desintoxicación, deshabituación, rehabilitación y reinserción. En la primera fase, se pierde todo tipo de contacto con la sustancia a la que tiene adicción. En la deshabituación, segunda etapa del tratamiento, se diseñan y se llevan a cabo rutinas estrictas para que el paciente pierda el hábito de consumo e invierta su tiempo en actividades como el deporte terapéutico, talleres, terapias de grupo, senderismo y muchas otras. En la tercera fase, el paciente suele abandonar el centro de ingreso para tratar de retomar una vida normal en un piso tutelado y acompañado por otros pacientes o por familiares. Y en la cuarta y última fase, la reinserción, retomará su vida cotidiana con normalidad y solo tendrá que acudir a consulta ambulatoria de forma muy esporádica para prevenir recaídas.
Para garantizar el éxito del tratamiento, se ha demostrado que es muy importante que las familias formen parte de él. Por ello, la comunicación entre los psiquiatras, psicólogos o terapeutas y los familiares ha de ser muy fluida.
En Instituto NOA contamos con el complejo terapéutico San Cayetano. En un entorno privilegiado y con unas instalaciones inmejorables, nuestros pacientes comienzan el camino hacia su total recuperación rodeados de un equipo multidisciplinar con una amplia trayectoria en el tratamiento de las adicciones. Si quieres más información de cómo identificar el comportamiento de un cocainómano o quieres saber más detalles sobre el tratamiento, no lo dudes, contacta con nosotros. Te asesoramos de forma personal y sin compromiso.
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